Cómo entender el jardín japonés
- Guillermo Gomez Aragón. Comisario de Mizuagua
- 11 mar 2017
- 1 Min. de lectura
El jardín es un espacio natural creado por el hombre. Dependiendo de la cultura que hablemos tendrá un significado o interpretación; y atendiendo al ejemplo que nos atañe, en Japón es un espacio para la meditación. Los japoneses no buscan el someter la naturaleza como en la vieja Europa, sino que tratan de imitarla. Recordemos que el país insular donde viven se verá a menudo reflejado en el jardín, trayendo el macrocosmos al microcosmos, por eso las islas, las montañas y la roca en sí suponen las bases del jardín.

Para crear estos lugares se busca en la naturaleza piedras de distintos tamaños y se llevan al jardín. Estas “islas” se separan por un vacío que representa el mar; a veces por el elemento del agua y otras conceptualmente, con arena. El caso es que la vida comenzará adaptarse a ese paisaje, es decir, aparecerán plantas y árboles dentro del jardín. Puede haber otros elementos propiamente antrópicos como la linterna de piedra (que recogerá la nieve) o pabellones del té.
Si queremos que esta imitación sea perfecta debe haber una isla (puede ser conceptual), simboliza el monte Horai o isla de los inmortales. Ésta se debe unir al mundo por medio de un puente rojo, que es el tránsito a ese mundo, es decir, el renacer de los seres. El color del puente debe ser rojo porque simboliza el infinito.
De esta manera estamos elaborando un esquema de la visión del mundo, a través del propio paisaje japonés. Por eso cuando entramos a un jardín, tenemos que recurrir al ejercicio de reflexión, para encontrar paz dentro del universo que nos ofrece la naturaleza.
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